viernes, 21 de febrero de 2014

La más alta pretensión


Foto: www.vice.com

Por Luisa Guzmán

“Amenazan de muerte al comisario suplente de Palo Blanco porque se sumó la Policía Ciudadana, denuncia.”  Posted on feb 12, 2014, Periódico el Sur de Acapulco. (http://suracapulco.mx/archivos/131037).


Este es el encabezado de la nota del periódico el Sur,  y la he tomado como referencia (o pretexto) para realizar la siguiente reflexión acerca del tema de “regularización” del SSyJC, que ha condicionado abierta o veladamente el restablecimiento de las  14 mesas de trabajo que la UPOEG ha sostenido desde 2011 con el gobierno del Estado.

El caso de Palo Blanco, es el caso repetidamente vivido en las comunidades de la Costa Chica y seguro en todo el estado de Guerrero, a partir de las palabras del comisario quiero tomar los principales elementos de mi opinión.

El comisario suplente de la comunidad Palo Blanco precisó al final de la nota que: “la primera ola de delitos comenzó con el robo de ganado, “saquearon las mejores razas que había en el pueblo”, luego vinieron las extorsiones, los secuestros y finalmente el cobro de piso”.  Además señaló: “…y la gente de su pueblo está desesperada ante la impunidad con que actuaban los delincuentes”


La escalada de delitos que se presentan en las comunidades acrecienta el miedo, la rabia, la impotencia de los pobladores, pero también hace crecer la impunidad de los delincuentes que aterra a las personas, es decir, las baja al suelo con la cara pegada a la tierra.

Informó el comisario que: “hombres armados con fusiles de asalto se paraban a media calle donde se les antojaba, a veces disparaban y se llevaban a las mujeres del pueblo”.

La palabra impunidad significa “sin castigo”, y se dice que existe una falta de castigo cuando existe una acción que transgrede la ley, es sin más, un delito que no se castiga.

Las consecuencias de esta impunidad se experimentan en carne propia, en los bienes y los cuerpos de las personas que habitan las comunidades.

También mencionó el comisario: “… y las autoridades nunca hicieron algo para detener los crímenes. Reveló que antes de participar en este movimiento, él pagaba una cuota por un pequeño negocio y fue secuestrado”

¿Quién castiga los delitos en nuestro actual sistema de justicia mexicana?

¿Y cuando un delito no se persigue y no se castiga, que nombre le damos a esto? ¿Corrupción? ¿Colusión? ¿Complicidad? Son todos estos, pero sobre todo tiene un nombre INJUSTICIA.

La injusticia prevalece cuando no hay quien afronte la impunidad, es decir, cuando alguien se niega a dar la cara a los delitos que la propician y a castigarlos.

El comisario confirmó que: “ la desesperación obligó a la población a abandonar su cotidianidad para limpiar a la población”

Muchas son las razones por las cuales los pueblos organizados de la región costa chica y centro “han dado la cara” y han puesto sus cuerpos y sus bienes para salir de la desesperación, el miedo y el terror al que han sido sometidos por años y años de impunidad.

Los hombres y mujeres que valientemente se han organizado y soportado toda clase de objeciones, son personas que han vivido en carne propia la injusticia y la han revertido para procurar una mejor vida para sus familias.

Se puede ser pobre en una comunidad, pero ser pobre y vivir en el miedo y la zozobra va más allá de lo que un estándar internacional puede medir en cuanto a la marginación y la pobreza, en un estado considerado el más violento del país (estudio del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal)[1]  y en el que el 69.7% de sus habitantes están considerados pobres (indicadores de pobreza Guerrero, 2012. CONEVAL ).

Agregó el comisario que ante las amenazas: “… los promotores de la UPOEG les dieron valor”.

Los pueblos han dado la cara a la situación de violencia que viven las comunidades, cobijados por el Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSyJC) de la Unión de Pueblos y Organizaciones de Guerrero (UPOEG), donde promotoras y promotores comunitarios hacen la labor organizativa junto con las autoridades civiles y agrarias de las comunidades. Es un sistema, por tanto, está organizado y legitimado por las asambleas comunitarias, municipales y regionales.

De acuerdo a su significado un sistema tiene composición, estructura y entorno, y sus componentes se relación con al menos otro componente. Es así como se ha tejido una red de autoprotección y cuidado intercomunidad e intermunicipalidad, con una eficaz coordinación que supera las divisiones políticas territoriales. En términos concretos, el SSyJC, con más de 5000 policías comunitarios, es garantía de seguridad y justicia desde la concepción más simple de la justicia “el que la deba que la pague” y este pago tiene que ser en beneficio de las comunidades, con labor comunitaria, reparación del daño a las personas afectadas y su reintegración a la vida comunitaria, siguiendo el camino de la impartición de justicia de los pueblos indios del mismo estado de Guerrero.

Algo más que se teje en las personas participantes en la UPOEG, es el valor y la dignidad, la más alta pretensión es la paz, haciendo una labor gratuita, poblaciones enteras se han comprometido y hacen posible el sueño de vivir en libertad y ser garantes de la seguridad, la justicia, la paz y el desarrollo de sus comunidades.

¿Cómo regularizas este sistema? ¿Cómo puede este acto de valor, dignidad y esperanza cabe en la reforma a un artículo de una ley particular, o en otra iniciativa policiaca?

Pienso que el estado debe ser más creativo, no astuto para someter, sino creativo para formular una propuesta que considere la voluntad que la gente tiene de participar para construir un verdadero estado democrático.

La ciudadanía se ha involucrado como pocas veces se ha visto en la historia del estado para dar solución a una problemática intolerable y fuera del control del estado mexicano, este hecho, no puede pasar desapercibido para quienes hoy gobiernan.

Y me sigo preguntando ¿Cómo se puede regular una respuesta de tal naturaleza?

Informó el comisario que: “en el quinto día que la autodefensa se instaló en Palo Blanco le  dejaron un mensaje con letras recortadas en su vivienda que decía, “Joni date por muerto, culero. Acuérdate”,
pero añadió que: “así como él, están amenazados todos los comisarios y autoridades comunitarias de las poblaciones cercanas a la capital del estado, para inhibir el avance de la organización”.

Señaló que, el día que ingresaron a la población (la Policía Ciudadana), en una actividad que no se dió a conocer hasta dos días después a la opinión pública, les decían que “en cuanto llegaran a Acahuizotla (poblado antes de Palo Blanco), los iban a esperar con bazucazos”.

También lamentó que: “una vez que llegó la Policía Ciudadana a Palo Blanco enviaron dos camionetas con policías federales armados a cruzar el poblado y sobrevuelan helicópteros de la misma corporación como una forma de intimidación, pero adelantó que no van a caer en esas provocaciones”.

La más alta pretensión, la paz de los pueblos, les ha convertido en los peores enemigos de la delincuencia organizada, pero también, la búsqueda de esta paz, se ha convertido en el “delito” por el cual son perseguidos, porque en el fondo de esta situación, ninguna pretensión colectiva tendría que escaparse de las manos de quienes controlan con arrogancia, dinero y poder los territorios comunitarios.

Reconocer el valor, la dignidad y la esperanza, de los pueblos organizados de Guerrero, de las y los integrantes de la UPOEG y el SSyJC, es reconocer los esfuerzos de hombres y mujeres que ejercen su derecho a la vida.


    “Hasta que la justicia y la paz se besen”
                                                                                                
                                                                                                   Centro de Estudios Ecuménicos
México 2014












[1] http://www.seguridadjusticiaypaz.org.mx/biblioteca/prensa/finish/5-prensa/179-la-violencia-en-los-municipios-y-las-entidades-federativas-de-mexico-2013/0

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