Entérate de este pronunciamiento y fírmalo ahora, ¡Exijamos a los políticos que se respeten los derechos a ser humano!
PRONUNCIAMIENTO ÉTICO DE IGLESIAS, ORGANIZACIONES Y
PERSONAS DE FE
Frente
al Proceso Electoral 2012
Nuestra nación atraviesa momentos de dolor y desesperanza ante la
inseguridad y la violencia que padecemos quienes habitamos en ella. Ante esta
situación, declaramos que México vive
una situación de emergencia nacional marcada por la pobreza extrema,
las muertes, desapariciones forzadas, feminicidios, la violación sistemática a
los derechos humanos, la corrupción e impunidad de las autoridades y la falta
de garantías de acceso a la justicia.
Es imperativo que todas y todos reconozcamos esta alarmante situación, y
de manera especial quienes hoy aspiran a gobernar el país, para que asuman
junto con toda la sociedad mexicana su responsabilidad en la necesaria
reconstrucción de la paz y la justicia social.
Por ello, con la fe y esperanza que nos animan en este momento de dolor,
hacemos un llamado a las y los candidatos a ocupar los poderes ejecutivo y
legislativo de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) a
que, asumiendo un proceso electoral transparente, participativo y democrático,
se comprometan a:
1. Proteger, respetar y
garantizar la vida digna de las ciudadanas y ciudadanos mexicanos, generando
las máximas condiciones para el ejercicio de los derechos humanos integrales
desde principios éticos que posibiliten vivir una vida con altura humana y
poniendo un especial acento en la escucha, reconocimiento y atención a las
demandas de las víctimas de la injusticia, la violencia, la exclusión y la discriminación
en todas sus modalidades.
2. Promover una política
de Estado que garantice la progresividad de los derechos humanos, generando las
condiciones necesarias para establecer un nuevo pacto social fundado en la
justicia, la equidad, la solidaridad y la paz, mediante la reforma estructural
de las instituciones del Estado.
3. Fortalecer y
garantizar la laicidad del Estado como principio fundamental que establece las condiciones de un trato igualitario a las personas
indistintamente de sus creencias, convicciones, sexo, raza, género u
orientación sexual. La dignidad humana exige que se respete por igual la libertad de
conciencia y la libertad de toda persona a tomar sus propias decisiones, y el
Estado laico, desde un espacio imparcial, posibilita el ejercicio pleno de
estos derechos. La laicidad al reconocer y respetar la diversidad y pluralidad
política, social y religiosa que se vive en nuestro país, sienta las bases para
la convivencia pacífica en armonía y sin discriminación.
4. Reforzar mecanismos
efectivos de promoción de la participación, acceso a los espacios de poder y
decisión de todas las mujeres y en particular aquellas sistemáticamente
excluidas. Promover políticas
públicas desde una perspectiva de género y de derechos humanos que garanticen
el pluralismo y la diversidad, particularmente en lo concerniente a la salud de
todas las mujeres.
5. Garantizar el acceso y permanencia de una educación
integral, gratuita y de calidad, científica, laica, que no refuerce la
discriminación ni la violencia en especial hacía grupos excluidos: mujeres,
indígenas, de la diversidad sexual, minorías religiosas; que genere
oportunidades reales de desarrollo y que respete y promueva valores
democráticos tales como el respeto, la fraternidad, la corresponsabilidad, la
justicia social, la paz, la tolerancia y la inclusión.
6. Implementar un nuevo
modelo de desarrollo que fomente transformaciones socioculturales y productivas
tendientes a erradicar los rezagos sociales manifestados en el desempleo, bajos
salarios, carestía, abandono del campo, despojo de tierras, devastación
ambiental, pérdida de soberanía alimentaria y migración forzada.
7. Hacer cambios
radicales en la equivocada política de gobierno que ha militarizado el país y
generado un clima de violencia extrema. Establecer con especial urgencia, las
medidas necesarias para la paulatina desmilitarización del país y su
reconstrucción desde una paz con justicia, para que se resuelva y esclarezca esta
situación de violencia que en sus múltiples manifestaciones vive el país, yendo
a las raíces estructurales de índole económica, política, social, cultural que
la generan.
Como iglesias, organizaciones y personas de fe
manifestamos nuestro firme compromiso de vigilar y coadyuvar el cumplimiento de
estas inaplazables demandas éticas y convocamos a toda la sociedad a que se
sumen a esta tarea para un cambio de rumbo inaplazable para nuestro país.
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