miércoles, 24 de agosto de 2011

Reflexión Helio Gallardo 1

Este primer texto hace parte de una serie de reflexiones que comparte el filósofo Helio Gallardo con el Centro de Estudios Ecuménicos a propósito del taller que el CEE facilitamos del 22 al 24 de Julio de 2011 para Promotoras y promotores comunitarios.

Los textos están así mismo siendo publicados en la página de Helio Gallardo "Pensar América Latina"



DIÁLOGO Y VIOLENCIA
Programa Formación de promotores en territorio.
Centro de Estudios Ecuménicos,
México, julio 2011.


     
      1.- Es posible introducirse a la noción de diálogo mediante su polarización: a) en un polo quiere decir un intercambio (de ideas, afectos, sueños, compromisos) entre dos o más personas que buscan o informarse o ponerse de acuerdo o conocerse. En este diálogo se deja expresarse (testimoniar) al otro u otros; b) en el otro polo, ubicamos la expresión “diálogo de sordos” que se describe como una plática en la que no se presta atención a lo que expresan o quieren expresar los otros; pueden existir muchas razones para no prestar atención a los otros (urgencia, el que se cree saber qué van a decir, diferencias de rango, el deseo de pasar a la acción, incompatibilidades, etc.). Ambos polos poseen su complejidad y se insertan en dinámicas sociales y personales (subjetividades) que, a su vez, se ligan de variadas maneras con el conjunto de procesos que constituye la sociedad (totalidad social, o abierta al cambio, o The Matrix).

    2.- ‘La’ violencia se dice de muchas maneras. En las sociedades modernas, que son (o deberían ser) antropocentradas, conceptualmente la violencia se liga con el principio universal de agencia humana. Según este criterio los seres humanos tienen la capacidad de producir sus condiciones de existencia en condiciones que ellos no determinan enteramente y, en este proceso, se autoproducen a sí mismos. Lo último quiere decir que se dan las condiciones para elegir u optar entre las posibilidades que producen: son libres. Puesto que son libres, son responsables por lo que eligen (hacen). Nos hemos aproximado así a una antropología: el ser humano es sujeto. La responsabilidad social vinculante, en las sociedades modernas, se sigue principalmente de las normas jurídicas y, en menor medida, de vínculos morales. Estos últimos son opcionales y su único límite práctico es que las acciones vinculadas a estas preferencias, elecciones y acciones no constituyan infracción o delito jurídico.

    Se hace violencia a alguien, desde los criterios anteriores, cuando se le impide ser sujeto: iniciar acciones para crear sus condiciones de existencia, producir su libertad y autoestima, ofrecerlas selectiva o universalmente a otros para crecer con ellos o no, etc. La expresión jurídico-positiva de derechos humanos se relaciona con este punto.

    Más ampliamente, las sociedades modernas deben (o deberían) darse instituciones que apoderen o potencien sujetos. Las familias, el barrio, las relaciones de trabajo, los aparatos clericales, las formas dominantes de la cultura, los movimientos sociales y las agrupaciones partidistas, el CEE, etc.,  la existencia cotidiana (la calle, el bus, la ciudad, los medios masivos, etc.) deberían expresar, al menos tendencialmente, lógicas que potencien procesos de sujetificación (comportarse como sujetos), o sea la capacidad para ser actor de la existencia propia y ofrecerla como testimonio a otros para crecer en humanidad.

    Este posicionamiento social y antropológico permite introducirse a la comprensión de las violencias puntuales, situacionales y sistémicas o estructurales. Así como a las nociones de agresión y defensa. No debe olvidarse que entre los seres humanos ‘la’ violencia la dice (o constituye) quien la siente y resiente, no necesariamente quien la ejecuta.

    Intervenciones:

    1.- En el grupo nos ha llamado la atención que la presentación se inicie con una polarización: o diálogo “entre sordos” o diálogo para “conocer las diversas posiciones y ponerse o no de acuerdo”. Para nosotros, lo primero no sería una forma de diálogo. ¿Existe algún motivo para comenzar con esta polarización?

    HG.- Es probable que existan varios motivos, algunos formales y otros de posicionamiento y contenido. Entre los formales, el que el texto no debía extenderse más allá de una cuartilla. La extensión impone cierta brusquedad. Las polarizaciones suelen contener estas tosquedades. En el plano de los contenidos también se eligió la polarización porque en América Latina los “diálogos” entre actores con diverso rango de poder y prestigio acostumbran ser “diálogos entre sordos”. O al menos uno de los bandos se comporta como si fuera sordo y hay que forzarlo a escuchar. Aquí el lema es “…la autoridad oye, pero no escucha”. La “autoridad” no suele escuchar a los campesinos, menos a los indígenas, si éstos no se presentan en grupos grandes, bloquean calles o caminos o llevan machetes.

    El punto también vale para actores políticos y el juego de mayorías/minorías. Si tengo mayoría me vale nada lo que digan los otros, se vota y ya. “Pa’eso tengo mandato”.

    Ustedes dirán si esto, y otras situaciones semejantes, ocurren en México y en sus comunidades o si, por el contrario, suele presentarse una voluntad de diálogo efectivo. Recurramos a un último ejemplo: el obispo o un cura oye, pero tampoco escucha. Suele salir del paso con un “…es la voluntad de Dios, hija mía”, o “…es la cruz que debes cargar…”. Por supuesto no son todos los curas, hay excepciones. Y esto ocurre cuando usted le comparte sus aflicciones, porque si usted lo contradice, entonces aparecen el enojo y la arrogancia de la investidura: usted es ignorante, es soberbio, no sabe, es violento. Usted es mujer o indígena. Es decir alguien con algún tipo de discapacidad.

    Ahora, un punto central que sostiene este inicio con una referencia polarizada es la existencia de una cultura (sensibilidad) señorial y oligárquica en América Latina. Esto no favorece el diálogo efectivo ni la negociación sincera entre personas y grupos sociales de diverso origen o con distintas características de poder. Tampoco favorece los emprendimientos colectivos.

    Es seguro que ustedes irán descubriendo, en estas jornadas de trabajo, otras motivaciones para empezar así este encuentro o desencuentro en el que mi desempeño central consiste en escucharlos.

    2.- A nosotros no nos quedó claro qué es eso de The Matrix.

    HG.- Bueno, inicialmente es el título de una película producida en Hollywood, o de una serie de películas. Hace referencia a un sistema que carece de exterior, y, por tanto, de alternativa. Un mundo que no puede cambiarse, es decir que los seres humanos que lo padecen no pueden cambiar. De repente se consiguen esas películas por ahí y el aparato para verlas. Pero lo que importa de la referencia es que ustedes son productores y animadores de comunidades y eso quiere decir que ustedes quieren transformar este mundo, este México actual. Quieren que haya más protección de sus recursos naturales, que no exista migración forzosa, que termine la violencia brutal, que los niños vayan sin miedo a la escuela. Que haya empleo digno, por citar algunas de las cosas que han dicho. Y luchan para avanzar hacia estas metas.

    Ahora es bueno que sepan que el capitalismo (y México tiene un cierto tipo de capitalismo) siempre ha proclamado no tener alternativa. Fuera del capitalismo solo existe el caos, la miseria, la esclavitud. Y cuando hay poblaciones, gentes como ustedes, que desean cambiar este capitalismo, pues el sistema, The Matrix, considera que se le hace violencia irracional y, en América Latina, masacra. Entre nosotros ayudan a esta violencia represiva los caracteres oligárquicos y señoriales de la cultura dominante y también los ejércitos asesinos (y las policías militarizadas) que muchas veces ven a los sectores populares con asco, odio y temor. Los aparatos clericales suelen bendecir la represión y la masacre contra los sectores populares.
   
    A situaciones como éstas y a sus actores, los que perpetúan al sistema y quienes desean cambiarlo, es que hace alusión The Matrix.

    Obviamente dentro de un sistema que no acepta alternativas no existe espacio para diálogos efectivos, sino solo para simulacros, simulaciones, de diálogo. Quienes organizan este taller esperan que él se constituya en un espacio de diálogo. Es decir que, aunque pequeño y limitado, sea alternativo del sistema imperante, y que ustedes lleven esta semilla de cambio cultural, esta experiencia, a su esfuerzo por generar y defender comunidades populares. Taller pequeño pero ambicioso. Y es seguro que ustedes están dando la talla. Y la mayoría la seguirá dando.

    3.- Para nosotros no queda claro porqué se dice que la violencia la determina quien la siente y resiente, no quien la ejecuta.

    HG.- Los diversos tipos de violencia (física, simbólica, psicológica, etc.), pueden verse como formas de comunicación. La violencia es una relación social. Quien ejerce su capacidad para malograr a otro no suele caracterizar sus acciones como violentas. Cuando los federales le disparan a los manifestantes o cobran por dar seguridad, no se consideran a sí mismos ejerciendo violencia. En el primer caso, culpan a los manifestantes. Ellos, los federales, solo se defendieron de las turbas y de los delincuentes. En el segundo, cobran por su protección porque aman mucho a esos pobladores. Por supuesto quienes reciben los balazos y quienes deben aflojar la billetera ante las extorsiones (estoy pensando en lo que ustedes han narrado de Ciudad Juárez) llaman a lo que sufren violencia. Esto porque la comunicación la resuelven los receptores del mensaje, no quienes lo emiten.

    Cuando usted llega a la casa de su suegra con un primoroso ramo de flores como obsequio, ella lo enfrenta a usted y le espeta: “¡Qué le hiciste ahora a mi hija, desgraciado!”. Usted quiso ser amable, pero ella traduce que usted es un hipócrita y agresor y que su hija no se merece la desgracia de casarse con usted. Ella es la receptora del mensaje, el ramo de flores, la sonrisa, usted el emisor. Ella le da significado su ramo de rosas.

    Existen muchas maneras de disfrazar la violencia con discursos. Pero no es la peor manera de disfrazarla. La peor manera son las relaciones sociales que hacen pasar estas violencias como si fueran ‘naturales’. Algo así como voluntad de Dios.

    4.- ¿Qué significa la expresión ‘jurídico-positiva de derechos humanos’?

    HG.- Significa que son derechos que pueden ser reclamados en circuitos nacionales e internacionales porque han sido reconocidos en legislaciones y pactos estatales. Si no se puede reclamar esos derechos en los tribunales, se está solo ante la expectativa de derechos, o en su demanda. Pero no se trata de ‘derechos’ en sentido estricto, que es el jurídico. Este es el alcance de la noción de “derecho positivo”. Demos un ejemplo: si usted es torturado, puede presentar esta situación ante las cortes mexicanas y si ellas no le atienden satisfactoriamente, llevar el caso a tribunales internacionales. Allí puede que fallen en su favor o en su contra, de acuerdo a las pruebas presentadas. Podría ocurrir, sin embargo, que esos tribunales fallen a su favor pero los alcances de su sentencia, por diversos motivos, no sean  cumplidos. Pero el punto central es que usted tiene la capacidad para reclamar su derecho a no ser torturado ante instancias judiciales. Esto no quiere decirque usted no será torturado. Solo indica que usted no "debería" ser torturado. Y que si lo es, el torturador "debería" recibir una condena legal.

   Pero otro derecho humano (social, en este caso), es el tener acceso a una educación de calidad. Pero entiendo que este derecho, aunque exista en las declaraciones de derechos humanos, y en los pactos estatales, no es reclamable en ningún circuito judicial en América Latina, porque no está instrumentado y los jueces no tendrían criterio jurídico para resolver la demanda. Se trata de un derecho proclamado pero que no tiene una versión positiva acabada y no puede ser reclamado en los circuitos judiciales. “Progresivos” o “programáticos” suele llamarse a estos derechos y los Estados se reservan el tornarlos positivos cuando tengan los medios para cumplirlos. Por el momento esto ha querido decir nunca. Las expectativas de derechos suelen estar todavía más lejos de su realización que estos derechos ‘progresivos’.

    En breve: usted tiene un derecho si puede reclamarlo en los tribunales. Puede que se lo concedan o puede que no, pero es una capacidad jurídica suya.

    5.- ¿Qué quiere decir “ser sujeto”?
    HG.- En el idioma castellano, ‘sujeto’ es o el portador de predicados (es su connotación pasiva: el que se somete a los predicados que lo caracterizan) o quien tiene la capacidad de iniciar acciones desde sí mismo. Aquí se enfatiza este último carácter. “Desde sí mismo” quiere decir con autonomía: el sujeto se propone metas (pueden consistir en rechazar situaciones o en crear otras nuevas, por ejemplo), valora los medios requeridos para alcanzarlos, pone en práctica los que le parecen más estimables y alcanza o no esas metas. Esa autonomía le proporciona autoestima (aunque pierda: luchó bien). Esa autoestima la ofrece a otros para crecer social y humanamente con esos otros. Ustedes le llaman a esta autonomía y autoestima y a este testimonio, “producir comunidades”.

    Ser sujeto, alcanzar la estatura de sujeto en condiciones que no se determina por completo, es una propuesta de las sociedades modernas. En sociedades no modernas puede hablarse de seres humanos que son “esclavos por naturaleza”, o de que las mujeres por su sexo-género deben ser sumisas y dependientes de sus padres, esposos. O sea de los varones que tienen la obligación de someterla en beneficio de ellas. De hecho es una maldición bíblica que aparece en el Génesis. Las sociedades modernas proponen, en cambio, el carácter universal de la experiencia humana como una experiencia de sujetos. Por supuesto, no se organizan para cumplir con esta propuesta y las discriminaciones (económicas, sociales, culturales, políticas) abundan y se entrecruzan, pero es la propuesta moderna.

    Ser sujeto o comportarse como sujeto se opone y enfrenta entonces a ser objeto: usted objeto y el dinero sujeto. Quiere decir que el dinero lo determina a usted y no usted al dinero. Usted pasa a ser esclavo del dinero y de lo que él proporciona, o sea puede comprar. Comportarse como sujeto es algo que se opone a ser esclavizado, a ser sumiso, a no cuestionarse y plantearse, en cambio, fines propios para la existencia de uno. A aceptar (a veces hasta con gratitud) el ser dominado. Comportarse como sujeto puede predicarse (decirse) de individuos, personalidades y grupos y movimientos sociales. Cuando ustedes hablan de producir comunidad o reforzarla están diciendo que quieren que esa comunidad rural organizada o urbana se comporte como sujeto: que se fije metas, que luche para darse los medios para alcanzar esas metas (impedir la construcción de una represa, por ejemplo, o constituirse como una cooperativa de tejidos (una empresa socioeconómica y cultural y, por ello, política).

    Para el imaginario católico los seres humanos no son sujetos, sino creaturas de Dios. Quiere decir que fueron creados por él y por tanto deben obedecer su voluntad aunque no la entiendan. De hecho lo más cuerdo es no tratar de entenderla. Al mismo tiempo los seres humanos son siempre criaturas o siempre niños (mortales, proclives al pecado) en relación con este Dios infinito Creador y Eterno, todopoderoso. Estrictamente los seres humanos no son nunca sujetos porque deben aceptar ser guiados por la voluntad de Dios y su ‘orden natural’, o sea por quienes lo administran aquí en la tierra. Por eso en los templos católicos se reúnen siempre pastores y ovejas, quienes saben (religiosos ordenados) y quienes no (laicos o legos). En su versión más pesada, todas las autoridades (padres, machos, Estado, gobierno, policías, etc.) son queridas por Dios

    Y alzarse contra ellas es pecado de soberbia. Como se advierte, muy funcional para las lógicas de dominación en América Latina. En términos modernos esta doctrina contiene una violencia extrema que se hace pasar por evangelización, misericordia y voluntad divina. También por pecado.

    6.- ¿Entonces no se puede ser católico y sujeto al mismo tiempo?

    HG.- Bueno, usted puede ser fiel católico y luchar para que el aparato clerical cambie esos posicionamientos. Entonces sí se puede. Pero se debe ser católico-en-lucha por otra iglesia. Una que no hable de la fe en Jesús-Cristo, sino que se oriente por la fe de Jesús de Nazaret. Jesús quiso comportarse como sujeto y también propuso que todos los seres humanos se comportaran como tales. Los consideraba co-creadores y libres. El aparato clerical católico no reconoce ni asume este criterio evangélico. Hace mucho optó por contribuir con los aparatos de dominación. Y para éstos, por definición, los seres humanos no pueden comportarse como sujetos. El sistema, The Matrix, no lo soporta.

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