Comunicado de las comunidades fundadoras de la
Coordinadora Regional de
Autoridades Comunitarias – Policía Comunitaria
Aquí estamos, somos
pueblos Na´Savi y Me´Phaa, los que fundamos, los que hemos cuidado y
cuidaremos nuestra Policía Comunitaria.
Los pueblos indios
de Guerrero somos producto de más de 521 años de luchas; hace 200 años peleamos
en la guerra de independencia con los insurgentes comandados por José María
Morelos y después por Vicente Guerrero, desde nuestras montañas contribuimos a
parir nuestro país que hoy se llama México. Hace más de 100 años, con la
revolución mexicana, nuevamente levantamos nuestras luchas por Tierra y
Libertad y peleamos contra los caciques que robaban y traían hambre y penas a
nuestros pueblos, defendimos y recuperamos nuestros territorios. Llegó el año
de 1992 y, reivindicando cinco siglos de luchas, se construyó el Consejo
Guerrerense 500 años de Resistencia. En nuestra región de La Montaña también
nos organizamos en el Consejo de Autoridades Indígenas. En 1995 los pueblos
Na´Savi y Me´Phaa fundamos nuestra Policía Comunitaria para devolverle la
tranquilidad a nuestras comunidades, basada y regulada por las Asambleas
Comunitarias de los pueblos de nuestro Territorio.
En Asamblea
Regional, celebrada el 15 de octubre de 1995, en Santa Cruz El Rincón,
municipio de Malinaltepec, tomamos la decisión de crear los primeros grupos de
Policía Comunitaria que comenzaron a dar su servicio al pueblo, y que durante
más de 17 años lo han venido haciendo sin recibir paga. Durante los primeros
tres años tuvimos la experiencia de que los delincuentes, detenidos y
entregados a las autoridades oficiales, rápidamente eran liberados y a veces
regresaban con más furia a atacar a nuestros pueblos. Tenemos claro que en
México se puede pagar y comprar la justicia. Para nosotros buscar la justicia
es buscar siempre la verdad. Es la palabra verdadera.
Entonces nos
organizamos para crear nuestro sistema de administración de justicia, buscando
la reparación del daño y lo que llamamos la reeducación, que busca volver a los
que cometen delito al camino de la comunidad. Primero formamos la Coordinadora
Regional de Autoridades Indígenas (CRAI) y después, viendo la importancia de
trabajar con nuestros hermanos mestizos que también tienen formas de gobierno
comunitario, el 22 de febrero de 1998, en Potrerillo Cuapinole, municipio de
San Luís Acatlán, en Asamblea Regional decidimos crear la Coordinadora Regional
de Autoridades Comunitarias (CRAC).
Logramos echar
atrás a los delincuentes que llenaban de pena nuestras casas, nuestros caminos
y nuestras comunidades y desde entonces hemos caminado nuestro propio Sistema
de Justicia y Seguridad en Territorio Comunitario. Los mismos pueblos
reconocemos la entrega y el sacrificio por el riesgo que corren nuestros
Policías Comunitarios, porque no cualquiera se enfrenta a delincuentes sin
ningún pago a cambio, desafiando al gobierno que nos ha desconocido y atacado
cada vez que ha podido. Nuestro sistema de justicia y seguridad lo levantamos
con autoridades elegidas y respetadas por las comunidades, y eso es lo que se
llama LEGITIMIDAD y es lo que no tienen las autoridades del gobierno. Eso nace
cuando la palabra de la gente vale y es tomada en cuenta.
En sus primeros
años la Policía Comunitaria redujo con mucho éxito los delitos en la región,
los asaltos a mano armada, los secuestros, las violaciones, el narcotráfico y
el abigeato; pero sobre todo comprobamos que el mismo pueblo puede gobernarse y
que lo hace mejor que los gobiernos corruptos. Sabemos que tenemos bases
jurídicas para ejercer nuestro derecho a la libre determinación, como el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y el Artículo 39 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Pero pensamos que
nuestro sistema comunitario nunca estará supeditado a la normatividad del
Estado, en ese momento se perdería nuestro camino. Ahora, si detrás de nuestros
pasos vienen marcos legales como la Ley 701 puede ser bueno o malo, pero ya es
otra la historia. El camino lo hemos ido abriendo los pueblos en el ejercicio
de nuestros derechos colectivos. Y así en comunidad es como hemos aprendido,
nos hemos tropezado y nos hemos vuelto a levantar. Aunque ahora se cierre el
monte ya sabemos como abrir camino.
Desde el inicio
vimos los grandes riesgos que se corren por la tentación de la corrupción y de
la cooptación, por eso decidimos que primero son los pueblos con sus Asambleas
Comunitarias locales y regionales.
La Asamblea General
Comunitaria (AGC) está constituida por los habitantes de cada comunidad y es la
máxima instancia de decisión, acuerdo y mandato en los asuntos internos.
Nombra, remueve, vigila y mandata a las autoridades comunitarias, en este caso
al Comisario Municipal y al Grupo de Policía Comunitaria.
La Asamblea
Regional Comunitaria (ARC), de autoridades, consejeros y ciudadanos en general,
es la instancia máxima de decisión, acuerdo y mandato del Sistema de Justicia
Comunitario. Se encarga de nombrar, remover, vigilar y mandatar a las
Autoridades Regionales. Esta conformada por las Autoridades Regionales, los
Comisarios, Comandantes, Policías y Principales de las comunidades que integran
al Sistema.
La Coordinadora
Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) es la instancia encargada de
administrar e impartir justicia en las comunidades que integran el Sistema Comunitario.
Tiene la facultad de convocar a la Asamblea Regional de Autoridades
Comunitarias. Está formada por nueve Coordinadores Regionales que son nombrados
por la Asamblea Regional; la CRAC tiene su sede principal en la Casa de
Justicia de San Luís Acatlán, desde 2005 se impuso que
su trabajo se dividiera con dos sedes más: Espino Blanco y Zitlaltepec. Es la
única instancia del sistema que puede liberar órdenes de aprensión, cateo, así
como dictar sentencias de reeducación.
El Comité Ejecutivo
de la Policía Comunitaria (PC) se encarga de coordinar a los Grupos de Policía
Comunitaria para la seguridad, el resguardo y la prevención del delito en las
comunidades del Sistema. Está formado por nueve Comandantes Regionales que son
nombrados por la Asamblea Regional; operan en las tres sedes de trabajo. Es la
única instancia del sistema que puede ejecutar las órdenes de aprensión y de
cateo; asimismo, vigila el proceso de reeducación.
Los Consejeros son
la autoridad moral de nuestro sistema, son los encargados de conservar la
memoria histórica del proyecto y de asegurar su rumbo político. Asesoran a las
autoridades regionales en turno y vigilan el cumplimiento de los acuerdos de la
Asamblea Regional, son nombrados por ésta y no hay tiempo límite del cargo.
Para ser Consejero se necesita haber pasado por cargos regionales. Tienen
facultad para convocar a los Coordinadores y Comandantes Regionales a reuniones
internas, y en caso de urgencia pueden convocar a la Asamblea Regional
extraordinaria.
Todas y cada una de
las autoridades, comisiones y policías comunitarios son nombrados y ratificados
en Asambleas Comunitarias (locales o regionales), el servicio que prestan al
pueblo es gratuito y no perciben salario, no tienen fuero frente a la Asamblea,
deben ser personas respetables y de buen comportamiento en su comunidad, deben
cumplir en todo momento el Reglamento Interno del Sistema.
La impartición de
justicia es gratuita y no se acepta el pago de multas o fianzas. La justicia se
imparte en el idioma de las personas en conflicto, y de acuerdo a la cultura de
la región. Los juicios son orales y públicos, y la defensa la hacen
directamente los familiares. Se busca el respeto a los derechos humanos y de
los pueblos indígenas y mestizos. Las personas que resultan culpables después
de un proceso de investigación comunitaria, y que por la gravedad del delito
cometido no pueden reparar el daño, o se niegan a hacerlo, deberán enfrentar un
proceso de reeducación.
En el proceso de
reeducación se realizan trabajos de servicio comunitario gratuito, según la
necesidad de las comunidades en las que son reeducados. En agradecimiento las
comunidades le brindan a los reeducados alimentos y atención médica en caso
necesario. Reciben pláticas y consejos de los principales para que puedan
convivir en armonía con la comunidad. Al cumplir el tiempo de reeducación que
les fue asignado, son liberados en la Asamblea Regional Comunitaria con la
finalidad de que se reconcilien con la comunidad.
Estas formas de
gobierno vienen de nuestra herencia ancestral, nuestra experiencia de
resistencia y de los principios que nos heredaron y que siguen orientando las
luchas de nuestros pueblos indígenas: “mandar obedeciendo”, “proponer y no
imponer”, “bajar y no subir”, “convencer y no vencer”, “servir y no servirse”,
“construir y no destruir”. Hemos logrado construir y mantener nuestro Sistema
de Justicia comunitaria con el respeto a la autonomía de las comunidades, sin alardes, sin más imperativo que el deber
de servir a nuestro pueblo, sin manuales, sin más lideres que nuestras
Asambleas Comunitarias locales y regional.
La visión con la
que nació nuestro proyecto siempre ha sido colectiva nunca individual, los
pueblos toman la decisión y las autoridades comunitarias y regionales obedecen.
Por eso jamás se puede depositar el poder en una persona o en un grupo de
personas. La desinformación es un problema grave, solamente informando a los
pueblos es como se logran mantener los equilibrios. Esa es una función
fundamental de las autoridades regionales en su compromiso con la Asamblea
Regional.
Los pueblos Na´Savi
y Me´Phaa que orientaron nuestro camino hace más de 17 años vieron el riesgo de
que nuestra lucha y nuestro sistema de justicia fueran cooptados por el Estado
o por grupos oportunistas, por eso la base fundamental siempre serán las
Asambleas Comunitarias y la Asamblea Regional. La CRAC nace de la Asamblea
Regional pero no puede tomar ninguna decisión sin ella. No le compete firmar
ningún acuerdo o convenio con el gobierno, ni tomar ninguna decisión sobre el
rumbo político de los pueblos sin la consulta y aprobación de la Asamblea
Regional.
Nuestro sistema de
justicia está en peligro, necesitamos hoy más que nunca repensar y
reestructurar nuestro proyecto como pueblos y defender nuestro Territorio
Comunitario. No debemos cometer los mismos errores que ya hemos cometido, no
debemos quedarnos mirando, llamamos a todas las comunidades a seguir luchando
por la justicia, la libertad y la democracia directa de nuestros pueblos.
¿Como vemos la situación que vive nuestro Sistema de
Justicia comunitaria?
La situación que
vive la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) es resultado
de la dirección que tomó en el último periodo de tres años y de cómo fue
entregada por los coordinadores y sus asesores el 23 de febrero del 2013. En
todo ese periodo nunca hubo quórum legal por lo que se dejo de trabajar con la
Asamblea Regional, tal vez a los coordinadores de la Casa de Justicia de San
Luis Acatlán no les interesó hacer así el trabajo y les convino su falta de
convocatoria y decidieron asumir acuerdos y acciones individuales y de grupo.
Esto se volvió algo
normal llegando al grado de que la integración de la Casa de Justicia de El
Paraíso se anunció en el 17 aniversario de nuestra institución cuando nunca se
consultó ni fue autorizada en ninguna tipo de Asamblea Regional. El papel que
los representantes han jugado en los últimos meses a nombre de nuestra
institución debe ser evaluado con mucha seriedad.
La supuesta confrontación
mediatizada desde enero de este año entre la CRAC y la UPOEG logró enterrar la
palabra y las demandas de muchas comunidades, ocultar las irregularidades y
denuncias al Sistema de Justicia comunitario pero sobre todo terminó de
debilitar el control de los pueblos y su participación en la Asamblea Regional.
En la reunión de
Tlapa el 19 de febrero de 2013, los coordinadores de la CRAC firmaron un
acuerdo con los líderes de la UPOEG. Ahí se determinaron reglas para la
asamblea de nombramiento de los nuevos coordinadores de la Casa de Justicia de
San Luis Acatlán.
En la asamblea
regional del 23 de febrero se manipuló el proceso rompiendo nuestros modos a
tal grado que, no hubo rendición de cuentas y no se permitió la discusión
siendo el único punto la votación de nuevos coordinadores donde se nos impidió
a los pueblos votar. Los comisarios presentes votaron en un total desorden
donde ya se habían ido muchas comunidades con sus grupos de policías
comunitarios.
En reuniones
posteriores, Autoridades Comunitarias, Consejeros, Policías Comunitarios y
ciudadanos de Pascala del Oro, Tlaxcalixtlahuaca, Santa Cruz El Rincón, Piedra
Pinta, Potrerillo del Rincón, Potrerillo Cuapinole, Buena Vista, Poza Verde,
Río Iguapa, Jicamaltepec, Arroyo Faisán, Arroyo Hoja de Venado, Tuxtepec,
Pueblo Hidalgo, San Luis Acatlán, El Carmen, Pajarito Grande, Coyul Chiquito,
La Parota, entre otras comunidades fundadoras de la CRAC-PC hemos llegado a una
conclusión y decimos así: se cerró el
monte y hay que abrir de nuevo el camino con machete.
Se crearon grupos
de interés que han secuestrado nuestro Sistema Comunitario de justicia. Esto se
vio cuando el grupo formado por el ex coordinador Pablo Guzmán y su autonombrado
asesor jurídico Valentín Hernández hicieron campaña para la elección de la
nueva coordinación, como si se tratara de un partido político.
Se han usado
policías comunitarios para reprimir a representantes de las comunidades y ahora
existe miedo entre los pueblos. El desalojo violento de la Comisión Interina,
nombrada en Asamblea de Autoridades para acompañar el periodo de transición del
9 al 23 de febrero, realizado el 12 de febrero a las seis de la tarde a cargo
de las “fuerzas especiales” de la CRAC de San Luis Acatlán, que
encañonaron a Autoridades y Policías Comunitarios, quedó asentado en la Minuta
de Acuerdo de la Asamblea de Autoridades realizada el 17 de febrero en
Potrerillo del Rincón. Este hecho quedó marcado en la memoria de nuestras
comunidades.
En la reunión de
nombramiento del 23 de febrero no se nos permitió exponer ni discutir nuestras
inconformidades como comunidades. Se negó la participación de los ciudadanos de
la cabecera de San Luis Acatlán y se cerró la puerta a la argumentación, no se
permitió votar a los ciudadanos de las comunidades, por medio de la
manipulación de dicha reunión, cancelando el derecho democrático de dichas
comunidades.
No se ha realizado
ninguna Asamblea Regional que cuente con quórum legal desde entonces, ni
siquiera para los careos acordados de frente a las comunidades, mucho menos
para las decisiones que se han venido tomando en los últimos meses. Los grupos
de Policía Comunitaria de nuestras comunidades plantean que es un gran problema
que los actuales coordinadores no hayan sido electos por los pueblos. Nosotros
valoramos que al permitir que solo unos cuantos eligieran, dejamos que se
perdiera la esencia de nuestra institución. El dinero que se recibe es lo que
está ocasionando que se pierda el sentido de darle seguridad a la gente
humilde.
Se utiliza el
dinero, las camionetas y los uniformes que recibe la CRAC del gobierno para
pagar y mover a los grupos especiales o guardias permanentes. Además
aparecieron figuras como asesor jurídico y ahora hasta voceros que ninguna
Asamblea Regional ha autorizado ni mucho menos ha elegido. El dinero ha
corrompido a quienes hoy mal dirigen nuestro Sistema de Seguridad y Justicia
Comunitarias.
Los actuales
coordinadores hablan a nombre de los pueblos para confrontarse con el gobierno
cuando nunca consultan ni cuentan con la autorización de los pueblos. Se han
realizado acciones de confrontación graves como es el caso del reciente desarme
y detención de policías municipales de los municipios de San Luis Acatlán y de
Malinaltepec. Hay un desorden en la portación de armas de fuego que corresponden
al uso exclusivo del ejército. Estas situaciones ponen en riesgo de represión a
nuestras comunidades.
Se han usado “grupos
especiales” como guardaespaldas, ellos no son nombrados en la
comunidad, nadie los autorizó. Hay Comandantes Regionales que han informado
sobre la discriminación que existe en la Casa de Justicia de San Luis Acatlán
hacia los Policías Comunitarios y cómo se le paga al grupo de “fuerzas
especiales” o “guardia permanente”. Existe mucho desorden
entre los actuales coordinadores lo que ha hecho evidente su falta de
legitimidad.
No se han entregado
presos a las asambleas comunitarias y el proceso de reeducación está en
desorden, no hay información en las comunidades. Nos preguntamos cómo es
posible que se cobren derechos de piso por parte de la delincuencia organizada
en Territorio Comunitario habiendo más de mil Policías Comunitarios con radios,
camionetas y dinero.
Los coordinadores y
“supuestos voceros” de la CRAC de San Luis Acatlán y la gente de
El Paraíso siguen utilizando el nombre de la organización UPOEG para
deslegitimarnos como comunidades. Debe de quedar claro que somos Autoridades
Comunitarias, Consejeros, Policías Comunitarios y ciudadanos que no hemos sido
escuchados y que ahora nos estamos reuniendo para rescatar nuestro Sistema de
Seguridad y Justicia Comunitarias.
El 23 de febrero se
consumó el proceso de despojo que hemos sufrido como pueblos y comunidades de
nuestro Sistema de Justicia comunitaria. Vemos que durante el periodo de Pablo
Guzmán Hernández y su “asesor jurídico” Valentín Hernández Chapa
la CRAC dejó de ser la institución de justicia y seguridad de los pueblos y se
ha convertido en un botín político. Sabemos que nosotros como pueblos y
comunidades somos los principales responsables por desatender nuestra
institución, por nuestra actitud pasiva frente a lo que viene sucediendo desde
hace algunos años.
Es fundamental
dejar claro que no estamos y nunca estaremos en contra de la CRAC, somos
comunidades que la fundamos y queremos rescatar nuestro proyecto construido con
muchos esfuerzos y sacrificios. Muchos ya no están con nosotros pero nos
dejaron la obligación de cuidarlo y de heredar a los que vienen atrás la
tranquilidad de un Territorio Comunitario.
Proponemos que la
CRAC deje de recibir dinero de los gobiernos municipal, estatal y federal
mientras no se resuelvan los problemas internos, que se nombren nuevos
coordinadores electos por la Asamblea Regional ahora con la participación
abierta de las comunidades como tradicionalmente lo hemos hecho. Los “guardaespaldas”
que traen algunos coordinadores como Eliseo Villar Castillo no son
comunitarios, son guardaespaldas particulares. Por lo tanto no se debe
seguir permitiendo que actúen a nombre de la Policía Comunitaria.
No somos movimiento de la UPOEG
sino movimiento de Autoridades Comunitarias, Consejeros y ciudadanos de las
comunidades fundadoras del Sistema de Seguridad y Justicia Comunitaria
(CRAC-PC).
Es necesario hacer
una evaluación de nuestro camino con todas las comunidades que convocan las tres
casas de justicia, hacer asambleas informativas y levantar actas de acuerdo en
cada comunidad, escuchar propuestas de cada comunidad para mejorar el
funcionamiento de nuestra institución.
No podemos
confrontarnos entre pueblos, estamos llamando a trabajar juntos para lograr
reunirnos nuevamente como Asamblea Regional para la reconstitución de nuestro
Sistema de Justicia comunitaria.
Territorio
comunitario, a 2 de junio del 2013.
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