jueves, 8 de noviembre de 2012

Y la tierra no se vende: No a la Hidroeléctrica San Juan Tetelcingo


A estas fechas muchas familias estarían viviendo en algunas colonias de Iguala, Chilpancingo, Chilapa, Taxco, Tepecoacuilco, tal vez en otros Estados de la república o del Exterior. La presa san Juan Tetelcingo estaría a toda capacidad, el Gobierno Federal estaría exportando electricidad, mientras que nuestros hermanos de la montaña seguirían igual que ahora sin tener el servicio de luz eléctrica y, en caso de que lo tuvieran, estarían luchando para que les rebajaran la tarifa, porque el servicio se les cobraría muy caro como ahora ocurre. Es decir, nada hubiera cambiado, su miseria seguiría siendo la misma, sólo que tendrían un problema adicional: no serían dueños de la tierra que habitara.

Fue por todo eso que nos organizamos hace ya poco más de veinte años, porque sabíamos que aceptar vender la tierra, nuestra tierra, era renunciar a nuestra cultura, a nuestra cosmovisión de mundo y a nuestra forma de vida: de campesinos pobres íbamos a pasar a ser parias en las ciudades. Hoy, seguimos siendo pobres, pero al menos la tierra, sigue siendo nuestra. En ese sentido, consideramos que valió la pena nuestra lucha de defender nuestra tierra, a pesar de que varios protagonistas de ese movimiento, truncaron o retardaron sus estudios por  defender el territorio.

Por ello es importante recuperar la memoria para no perder nuestra historia. No se puede olvidar que caminamos comunidad por comunidad y que los pueblos nos fuimos encontrando en el camino, realizando múltiples asambleas comunitarias. Recorrimos los municipios de copalillo, Zitlala, Atenango del Rio, Huitzuco, Tepecoacuilco, Mártir de Cuilapan y Eduardo Neri. Todas las comunidades dijeron NO A LA PRESA. Recordamos a los que dieron parte de su vida, jóvenes en ese tiempo, Sabino Estrada Guadalupe(+), Marcelino Díaz de Jesús, Sixto Cabañas Andrés, Crispín Vargas Alvarez(+), Pedro de Jesús Alejandro, Celerino García Vargas, Ángel Cabrera Nájera, Félix Pedro Lázaro, Lucila Ferrer Chino, Cutberto Policarpo López(+), entre varios; tampoco olvidamos el Apoyo incondicional de Félix Salgado Macedonio, Guillermo Sánchez Nava, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y otros; hubo amenazas de muerte contra algunas autoridades y dirigentes más visibles del movimiento, como el caso del entonces Comisario de Xalitla Faustino Palacios Remigio que a pesar de la amenaza y ofertas económicas  que recibió, siguió su lucha a favor de su pueblo; al fin de varias movilizaciones, entre marchas, jornadas de información en carreteras, denuncias nacional y en foros internacionales, la carta abierta de apoyo del grupo de los cien, hasta una carta al Papa Juan Pablo segundo,  en Octubre de 1992 el entonces presidente de la Republica Carlos Salinas de Gortari, mediante escrito, canceló la construcción de la presa.

Veintidós años han pasado y gracias al movimiento del Consejo de Pueblos Nahuas del Alto Balsas, se tiene una estructura organizativa, se logró la pavimentación de la carretera de Xalitla a San Francisco Ozomatlán, a punto de concluirse la de Xalitla-Ahuelican- San Agustin Oapan y la de Mezcala a San Juan Totolcintla; algunas Escuelas Secundarias, algunas casas de salud, pero hace falta mucho, como lo dice Anacleto Villegas, hace falta producir la tierra con tecnología apropiada para convivir en armonía con el medio ambiente.

En la reunión de autoridades del domingo 21 de octubre pasado, se tomaron acuerdos importantes como la elaboración de un plan de desarrollo Regional por el Colegio de Guerrero AC, la gestión para la creación de Escuelas de nivel Bachillerato Intercultural y la Universidad de Alto Balsas, la gestión de los servicios más prioritarios  para la región.

El Gobierno sigue sin entender su papel frente a los Pueblos indígenas, quiere despojar de las tierras de nuestros hermanos de la costa chica para la industria minera, construir la presa la parota, también quiere los territorios para reservas ecológicas.

Las zonas más boscosas del mundo son precisamente donde vivimos los indígenas, los mantos acuíferos más grandes y limpios son los nuestros, los que podemos decir cómo cuidar a nuestra madre tierra somos los indígenas  porque predicamos con el ejemplo. ¿Cómo quieren enseñarnos a cuidar el media ambiente si en su entorno solo tienen selvas concreto y pastos sintéticos? Por supuesto, los pueblos indígenas tenemos el desafío de cuidar nuestro territorio educando a las nuevas generaciones con una vocación ambiental que tenga como prioridad el cuidado de nuestros recursos, particularmente, el agua y los bosques.

Necesitamos promover con fuerza una nueva relación ética que asuma una relación armónica con el medio ambiente. Más allá de las visiones tradicionales y ortodoxas de la ecología, nosotros proponemos una relación con la naturaleza que esté sustentada en nuestros valores culturales. En ese marco, pensamos que la educación es un espacio de gran trascendencia para apoyar esta tarea, siempre y cuando se cambie la visión escolarizante de la educación. Los pueblos hemos empezado a tomar conciencia que necesitamos verdaderos educadores, no a quiens solo fomentan una escolarización que sólo aumenta los rezagos educativos de nuestras comunidades, ni universitarios que fomentan sólo el turismo académico y el saqueo de nuestros saberes. Vamos a luchar por una educación diferente que nos sirva a cambiar nuestras condiciones de vida.

Necesitamos una educación que contribuya a que nuestros pueblos tengan una vida digna. Esa será la mejor aportación de nuestra generación a las generaciones que vienen. Una educación que nos ayude a entender lo que ya hace muchos años dijo el Jefe Seattle al presidente de los Estados Unidos cuando le propuso comprar sus tierras.

Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de los insectos son sagrados en la memoria y vida de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo la historia del piel roja…….

Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, digan a sus hijos que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos. ….

Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo. ….

La tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su creador. Los blancos también pasarán; tal vez más rápido que todas las otras tribus. Contaminen sus camas y una noche serán sofocados por sus propios desechos. ……

Este destino es un misterio para nosotros, pues no comprendemos el que los búfalos sean exterminados, los caballos bravíos sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso sean impregnados del olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruida por hilos de hablar.

¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció.
¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció.
La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.

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