México
D.F. a 11 de marzo de 2013.
El
Secretario Guerra no consulta a los “mejores científicos”en transgénicos como
prometió.
En
completa oscuridad avanzan a favor de las empresas de transgénicos.
Desde los primeros días de diciembre, la Campaña Nacional
Sin maíz no hay país solicitó audiencia al Secretario de Agricultura,
Enrique Martínez, al Secretario de Medio Ambiente, Juan Guerra y a la Secretaria
de Salud, Mercedes Juan. A excepción de Martínez, quien ofreció una reunión con
funcionarios menores, la cual se rechazó por oficio, mismo que no tuvo respuesta;
ni el Secretario Guerra, ni la Secretaria Mercedes Juan han dado respuesta a la
petición de audiencia solicitada en los términos que señala la Constitución.
Nuestra Carta magna señala en el Artículo 8: “Los
funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho de
petición siempre que ésta se formule por escrito, de manera pacífica y
respetuosa… A toda petición
deberá recaer un acuerdo escrito de la autoridad a quien se haya dirigido, la
cual tiene obligación de hacerlo conocer en breve término al peticionario.”
Rápido olvidó el secretario de Medio Ambiente su promesa
de diciembre pasado cuando dijo que “organizaría un grupo de trabajo sobre el maíz
transgénico”.
En ese momento señaló que
“Hay presiones de todos lados”, y que por ello, se dejaría “a expertos
que hagan una recomendación, a partir de la cual las secretarías involucradas
en el tema tomarán una resolución que se entregaría al presidente Peña antes de
que comience el próximo ciclo de siembras”.
Pedía el
“beneficio de la duda”; sin embargo, hoy sabemos que nos enganó: Pasan lo días,
se acerca la temporada de siembra y no recibe a las organizaciones, ni convoca
al debate público. Como él dijo: “La decisión sobre la autorización del cultivo
comercial de maíz transgénico no debe ser personal ni política, sería una
inmoralidad”.
Por supuesto,
autorizar la siembra de maíz comercial transgénico NK 603 en Sinaloa, el maíz
con el cual un investigador francés alimentó a las ratas que tuvieron muerte
prematura, desarrollaron tumores y afectación en hígado, sería una inmoralidad
y un atentado a nuestra salud, a nuestra cultura y a un patrimonio de México, tal
vez más importante que el petróleo, NUESTRO MAÍZ, nuestro principal alimento.
La consulta
debe hacerse pública, con científicos independientes y sin conflictos de
intereses, escuchando a campesinos e
indígenas, así como a las distintas organizaciones que han advertido sobre los
riesgos de la siembra de maíz transgénico y por supuesto a los consumidores,
que tendrían graves consecuencias en su salud de autorizarse la siembra
comercial y desregulada del maíz transgénico.
La Secretaria
Mercedes Juan López debe asumir con responsabilidad su cargo de Secretaria de
Salud y ahora Presidenta de la Comisión de Bioseguridad de Organismos
Genéticamente Modificados (CIBIOGEM). De inmediato la Comisión Federal de
Protección y Riesgo Sanitario (COFEPRIS) debe revisar las autorizaciones dadas y
repetir una investigación similar pues nuestro principal alimento puede
causarnos el mismo daño que a las ratas.
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