Escrito por Siglo XXI
El obispo de la Diócesis de Huehuetenango, se convirtió en portavoz de los manifestantes.
Álvaro Ramazzini, obispo de la Diócesis
de Huehuetenango, solicitó ayer a los tres poderes del Estado que
atiendan las demandas de la población de Totonicapán, por medio de
diálogos efectivos y no por represión.
El religioso hizo una reflexión pública a
los que representan los organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y
resaltó que se deben sostener las críticas contra el Congreso. “Se
pierde de vista algo fundamental, que es la información que los medios
de comunicación publican, acerca de que el presidente electo de ese
organismo echará al suelo la iniciativa 4084, Ley de Desarrollo Rural”.
“Eso es una bofetada a los campesinos.
Es como seguir apretando la clavija de dolor y de sufrimiento de los
hermanos campesinos. Se debe cambiar esa mentalidad y que en realidad se
conviertan en representantes de los intereses legítimos del pueblo de
Guatemala”, subrayó Ramazzini.
El Obispo lamenta lo que ha ocurrido con
la Ley de Minería por parte del Ejecutivo. “Por medio del Ministro de
Energía y Minas realizó reformas a esa norma, sin tomar en cuenta a los
que nos oponemos a un modelo de desarrollo fundamentado en la industria
extractiva”.
Solicita apertura
Ramazzini, con espíritu de crítica,
solicitó al presidente, Otto Pérez, “que escuche los gritos de estas
poblaciones que le están diciendo que este no es el rumbo que Guatemala
quiere”.
Indicó que el Gobierno no logrará
solucionar los conflictos con la fuerza de la represión o medidas en las
que se utilice la violencia. “Somos un pueblo que ha sufrido; queremos
diálogos efectivos”.
El prelado también hizo referencia a que
la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y la Corte de Constitucionalidad
(CC) no han dado respuesta a las demandas que se han presentado por la
explotación minera en San Miguel Ixtahuacán, San Marcos, y la discusión
legal sobre el título de propiedad de la mina Marlin.
“Me preocupa que si no se atienden las
demandas de la población empobrecida de Guatemala, la conflictividad
social se va a mantener y va a crecer. No quisiera que eso se dé”,
concluyó el Obispo.
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