Aprobación inminente de siembra a gran escala de maíz transgénico:
Científicos alertan sobre la amenaza al maíz en su centro de origen y diversificación.
La salud humana también está en riesgo.
Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS)
Noviembre 2012
Declaración
El periodo de consulta pública en torno a cinco solicitudes de siembra
de maíz transgénico a escala comercial, promovidas por parte de algunas
de las industrias fabricantes de transgénicos (Semillas y Agroproductos
Monsanto S.A. de C.V. y Monsanto Comercial S.A. de C.V., PHI Mexico S.A.
de C.V.) ha terminado, allanando el camino para la aprobación por parte
del gobierno mexicano de la siembra masiva de maíz transgénico en su
centro de origen: México.
Este proceso se ha dado sin haber hecho
públicos para evaluación, tanto científica como de los sectores que
serán afectados (campesinos, agricultores, consumidores), los resultados
obtenidos a partir de las siembras “experimentales” y “piloto”
realizadas previamente, por lo que carecen tanto de fundamento
científico como de aval social.
Esto es grave, pues México no es
sólo la cuna del maíz, el segundo cereal más importante a nivel
mundial, sino también es uno de los centros de origen y diversificación
de donde el mundo echa mano para obtener la diversidad genética que se
necesita para mantener su producción frente a nuevas plagas, retos
climáticos (Ureta et al., 2011), preferencias de consumo, entre otros.
A diferencia de otros países, donde la
producción de maíz es controlada por empresas y el maíz es usado
principalmente como alimento para ganado y como materia prima para
procesos industriales, en todo México se cultivan miles de variedades
nativas de polinización abierta y la población de México consume grandes
cantidades de maíz de manera directa, poniendo a toda la población en
un alto nivel de riesgo por la exposición a gran escala a una
agricultura industrializada basada en transgénicos, en híbridos
nutricionalmente inferiores a las variedades nativas (Ej., mayor índice
glicémico, menor cantidad de fibra, antioxidantes, etc) y sus productos
derivados y/o agrotóxicos asociados.
Científicos independientes de todo el mundo, en respuesta a un llamado
de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS; www.uccs.mx),
exigen al gobierno mexicano –tanto la administración actual como la
administración a cargo del presidente electo Enrique Peña Nieto- que no
sólo evite la siembra a gran escala de maíz transgénico, si no que
también revoque todos los permisos de siembra a campo abierto de maíz
transgénico en México previamente aprobados como plantaciones a nivel
“experimental” o “piloto”. Los intereses de la biotecnología
transnacional no deberían estar por encima de la población mexicana o el
ambiente en una de las regiones más importantes y delicadas desde el
punto de vista biogeográfico y cultural.
Hace no tanto, México era un exportador neto de maíz, pero la erosión
de la economía campesina y falta de apoyo gubernamental a la producción
agrícola han generado un déficit de producción en este cultivo básico.
Esta situación es usada como la excusa principal para argumentar que la
siembra de maíz transgénico es un futuro inevitable para México.
Sin embargo, evaluaciones científicas bien fundamentadas muestran que
el maíz transgénico no rinde más que el no transgénico equivalente, y no
será una solución para este problema; y que México tiene otras
alternativas para enfrentar el déficit en la producción de maíz sin
recurrir a plantaciones de maíz transgénico ( Turrent et al.,
2012; y Segunda parte del comunicado de la UCCS, por publicarse).
Además, es imposible contener los transgenes dentro de las siembras de
cultivos transgénicos (Quist & Chapela, 2001; Acevedo et al., 2011; Cleveland et al., 2005; Dyer et al., 2009; Piñeyro-Nelson et al., 2009 a y b; van Heerwaarden, et al.,
2012) y dado que hay miles de variedades nativas de maíz distribuidas
en todo el país (datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y
uso de la Biodiversidad; CONABIO: http://www.biodiversidad.gob.mx/genes/origenDiv.html),
éstas siembras implicarán la infiltración y acumulación de transgenes
en los genomas de las variedades nativas, con consecuencias
impredecibles y no deseadas.
Lejos de ser una solución para los
problemas de México, el maíz transgénico se ha vuelto la punta de lanza
de prácticas agrícolas y económicas que son profundamente erosionadoras
del tejido social y agroecológico que subyace a los sistemas agrícolas
tradicionales de esta parte del mundo.
Estos sistemas son muy
valiosos e invirtiendo recursos para perfeccionarlos, pueden ser claves
para una agricultura sustentable agroecológica, que resuelva el déficit
en la producción de alimentos sanos.
El mecanismo de aprobación usado para
justificar la siembra de maíz transgénico es inadecuado e inaplicable en
el contexto de la agricultura en México. En el corazón de esta falla
regulatoria está la incapacidad del gobierno mexicano de rechazar la
posición propagandística a la que lo han sometido las corporaciones
transnacionales, así como su incapacidad para implementar una posición
precautoria y con fundamento científico riguroso y sin conflicto de
interés, que proteja a la sociedad y al ambiente que está bajo su
cuidado. Las consecuencias de este fracaso son de gran importancia
global y muchas de ellas serán irreversibles.
Llamado a la Acción
Los abajo firmantes, científicos,
académicos e intelectuales del mundo, llamamos al gobierno mexicano, a
los ciudadanos mexicanos y a todos aquellos alrededor del mundo que se
preocupan por el bienestar de la base alimentaria y agrícola del mundo y
de nuestra cultura, a:
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